Llegó el día del estreno en Zaragoza. El programa Aragón en Abierto (Aragón Televisión) se acercó hasta la Filmoteca para compartir con nosotros este momento tan importante, lo cual agradecemos mucho a todo su equipo. La conexión en directo estuvo conducida por el periodista David Arenere.
Aunque todavía era pronto, ya habían llegado algunos invitados y miembros del equipo de Johannes. Puede verse en las imágenes a Guzmán Sanz, David Navarro, Elena Tomás, Arturo Pellicer, Gabriel Sopeña, Túa Blesa, Timna Segal y David López. David Arenere me permitió saludar a mis ex-compañeros de la tele, aunque con los nervios olvidé muchos nombres que tenía en mente. A todos... gracias.
Momentos antes de que empezara la presentación, ultimamos los detalles con los anfitriones de la Filmoteca de Zaragoza, Leandro Martínez y Toña.
Sonríe a la cámara el genio musical Chema Ichaso. A su izquierda estaban Lorena Bernardos y Cristina de Torres, y también Martina. A continuación aparecen los televisivos Elena Tomás, Jorge Herrero, Iván Ara y Arturo Pellicer, dando nivel profesional a la presentación. Al fondo se ve a la activista de la Lengua y la Literatura Ana Badía, y junto a ella estaba la leona (de leer) Silvia Guallar. A la derecha del todo se ve el perfil de Sergio de Torres.
Más amigos de toda la vida, como la guapísima Ruth Ortín, que pese a su timidez no pudo escaparse de la foto.
Fue llenándose la sala de proyecciones de la Filmoteca y, aunque no tengo fotos de cada uno de los invitados, puedo decir que eran todos de excepción.
Luis Antonio Alarcón situó el videograma dentro del panorama cinematográfico actual. Reconoció que era una pieza arriesgada, y recordó a los presentes la necesidad de impulsar la política cultural en nuestra Comunidad. Toni, que es una de las personas que más sabe de cine de Zaragoza, ha tenido la generosidad de colaborar con en el videograma desde su comienzo, y no podía faltar en esta cita. Toni ejerció de maestro de ceremonias, dando paso a los siguientes invitados.
Túa Blesa, aunque habló muy seriamente de las influencias de Kierkegaard (nos descubrió cómo se pronuncia realmente) y Leopoldo María Panero en el videograma, como cada vez que se sube a un escenario, se metió al público en el bolsillo. Su presencia para mí fue muy especial, ya que las enseñanzas de Túa, como profesor catedrático de Teoría de la Literatura, determinaron en gran medida el contenido de esta película, y en cualquier caso mi formación y mi condición de fan de su figura y de su grupo de música punk.
Antón Castro transmite emoción y fuerza en todos los sentidos, principalmente a través de su increíble capacidad de trabajo. Con su discurso singular, equilibrando siempre lo periodístico y lo literario, Antón describió la figura de Don Mariano Cariñena, que tan bien conoce, de manera muy concisa pero muy afectuosa. Me emocioné mucho cuando habló del videograma como de un testimonio vivo para siempre de este genial dramaturgo que es Don Mariano Cariñena que, aunque no le gusta nada el cine, según nos explicó, tuvo a bien grabar una película con nosotros.
Chus Sáiz, Nieves Alonso (y al fondo Sergio Sebastián) empezaron un poco antes su tarde cinéfila y se unieron a la proyección.
Se dio entonces paso a la proyección, tras la cual subimos al escenario la directora, el actor principal Don Mariano Cariñena y el productor Guzmán Sanz.
Don Mariano dio su visión de lo que había significado para él el rodaje y la experiencia de protagonizar el videograma, con todas las dificultades añadidas que conllevaba: el idioma hebreo, las localizaciones de difícil acceso... Teníamos poco tiempo, el justo para que yo expresara mi agradecimiento por tanto trabajo y explicara, con el asentimiento de Guzmán, de qué manera Mariano Cariñena se convirtió en el alma del rodaje, del cual nos hizo disfrutar incluso más de lo que cabía esperar.
Desde la silla vacía (la mía) hacia la derecha: David López, Chema Ichaso, Ernesto Sarasa, César Usán, Guzmán Sanz, Irene García, Jorge Herrero, Elena Tomás, Marisa Royo, Gabriel Sopeña, Begoña Sierra y José Ángel Zamora.
Después de un aperitivo en el Tastar, junto a la Filmoteca, los asistentes que quedábamos tomamos algo en la terraza del Praga (plaza Santa Cruz) y después en La Casa Magnética. Fue un fin de fiesta perfecto, para uno de los días más significativos de mi vida: como bien apuntó César Usán, se había cerrado el círculo que abrimos juntos años atrás, al compartir por primera vez el guión de Johannes a la salida de la Filmoteca de Zaragoza.
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