miércoles, 18 de noviembre de 2009

Javier Casa y Joaquín Ruiz & Ena. Localizaciones.


Javier Casas y Joaquín Ruiz como localizadores no tienen muy seria descripción, su carrera profesional no ha estado exenta de diversas y variadas frustraciones y sus localizaciones les han llevado por tortuosos y divergentes caminos. Llevan muchos años en el mundo de las localizaciones y sus proyectos se han estrellado continuamente. No han desistido, ni han abandonado el mundo cinematográfico, aunque no niegan que más de una vez han estado a punto de retirarse para dedicar sus vidas a jugar al golf. Se les hubiese conocido en “Hollywood” por la localización de “una aguja en el pajar”, por en “la esquina donde dobló la bala” o por “un charco en el fondo del mar”; todo quedó en caldo de borrajas, que tras saborearlo decidieron cultivar borrajas y diversos, sabrosos y naturales productos de la “güerta”.

Javier Casas, durante una jornada de localizanciones en La Gabarda.

Cuando creían que ya no había futuro en el mundo del cine, los monegrinos no dudaron en creer en el proyecto de “Johannes”, sobrevolaron
La Gabarda y con tecnología punta ascendieron a las elevadas montañas de la sierra de Alcubierre. La Gabarda cumplía las expectativas y definitivamente se rodó el corto de “Johannes”.

Hoy en día continúan en
Los Monegros, esperando la enorme suma de dinero prometida que aún no les ha llegado, imaginando cumplir sus sueños de retirarse y jugar al golf. Trabajan para ganarse la vida, en la docencia y de peón forestal; realizan murales, charlas, ciclos de cine y también les ha dado tiempo para poner en marcha un grupo de consumo responsable conocido por “La Capaceta”.

Joaquín Ruiz, con el barranco de La Estiva de fondo, en la sierra de Alcubierre.

Javier y Joaquín son considerados insuperables en sus respectivas categorías individuales. No obstante, en sus últimos años se encuentran llenos de sombras y dudas por su despiadada lucha contra fantasmas, una terrible plaga de máquinas tragaperras amenazaban su futuro y sin reblar se mantienen firmes ante su acecho: "Los Monegros no se venden".

Una de sus acciones, aprender hebreo, les ayudó muchísimo para comprender el guión del corto y llevar a buen fin las localizaciones. Han quedado contentos con el resultado y van viendo cómo las buenas críticas llegan desde todas las partes del mundo. “The Times” calificó las localizaciones de “gonderfules” y de “biatifules”, pero también han recibido duras críticas por parte del sector de productores de algas de Japón por ser obviados en los paisajes. Ante las graves acusaciones respondieron con el antiguo refrán: “Sí el río suena, es que el músico se está aguando”.

* RODAJE: Poco puedo añadir... salta a la vista que tuve mucha suerte al poder trabajar con estos chicos. Primero conocí en Fraga a Javier, con el que sigo trabajando codo a codo desde las trincheras de la biblioteca del instituto donde somos profesores, quien me presentó a Joaquín, que conoce la sierra de Alcubierre como la palma de su mano, y que hace poco tuve el honor de que presentara el videograma, junto a Sergio Salas, en el mismo lugar en que se grabó. Me hizo mucha ilusión.


Ena, en la antigua furgoneta de Javier Casas, oteando desde la ventanilla los parajes de La Gabarda.

Creo que lo único que me queda por hacer es reivindicar el papel de Ena, que aportó el instinto definitivo para encontrar los escenarios de nuestra película... ¡Muchas gracias a todos!

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